Intentar emprender nuevos proyectos es una gran oportunidad de desarrollo y crecimiento personal
Las circunstancias adversas y difíciles de la vida nos traen grandes lecciones, ante la necesidad de salir adelante, explotan nuestra creatividad y nos sacan de la zona de confort. Durante el proceso, experimentamos la libertad de poder arriesgarnos a desarrollar nuevos talentos, que quizás siempre estuvieron en nuestras venas, pero que nunca tuvieron la oportunidad de relucir. En estos meses de pandemia renace la valoración del tiempo. Además, surge el sentimiento de un futuro incierto, donde lo primordial ha sido aprender a disfrutar y aprovechar los recursos que tenemos.
Muchas noticias negativas sobre la crisis económica y el aumento de contagios por Coronavirus llegaron a hostigar mis pensamientos. Me invitaron a bloquear estar todo el tiempo sumergida en esa negatividad, y empecé a observar tantas personas resurgiendo en sí. Amigos y excompañeros universitarios que iniciaron sus negocios. Me inspiraron esta reflexión.
¿Qué nos limita intentar lanzarnos al agua?
Muchas veces el miedo al fracaso pone una barrera entre lo que somos y queremos ser. Pensamos que al dejar de intentarlo vamos a protegernos. La realidad es que solamente nos encierra y limita en un círculo de incertidumbre. Otras veces esperamos contar con todas las facilidades y recursos para desarrollar nuestras ideas. Con eso el tiempo avanza y posponemos los sueños.
¿Nos importa lo que dirán los demás?
Muchas veces sí. Creemos que las críticas, negativas y positivas, nos afectarán. En realidad, lo que afecta es la manera en que las percibimos y aplicamos a nuestra vida. Tenemos la capacidad de filtrar esa información y utilizarla en nuestro favor. Al final, el enriquecimiento de las opiniones de los demás, son parte esencial del escenario real en el mundo de los negocios.
¿Y qué pasa si no funciona?
Durante el proceso de ejecución de un proyecto planificado, la expectativa es que funcione. Los riesgos siempre estarán allí. Si una idea no funciona tal cual se esperaba, al final haber intentarlo ya es una ganancia porque nos ayuda a reconocer lo capaces que podemos ser cuando lo intentamos. El verdadero fracaso es no darse la oportunidad de crecer. No te imaginas como te puedes llegar a sorprender de lo que eres capaz.
La decisión es tuya
La manera en que lo que sucede en tu vida pueda afectarte es decisión tuya. Seguramente la madurez para aceptarlo llega con los años y las experiencias. Te lo dice una 29 añera. Que siempre tomó su tiempo porque tuvo miedo tomar acción, pero le llegó la edad y aprendió que, al darse una oportunidad, puede maravillarse de los resultados.
